El Reino de Dios es una expresión muy rica en contenido. Es como el compendio de todos los bienes que nos trae Jesucristo, el Mesías, y que se anuncia como evangelio, es decir, como buena noticia.
Y el Reino de Dios se personifica en Cristo. Con Él llega a la tierra el Reino de los Cielos. Los que aceptan su palabra se incorporan al Reino, que se inicia en la vida de la Iglesia peregrina, y que tiene su punto culminante en la Venida Gloriosa del Señor.
De diversos modos habla el Señor del Reino de los Cielos. Estos domingos a través de unas parábolas, comparaciones sencillas, al alcance de todos. Hoy el Señor compara su Reino a un gran tesoro, y a una perla preciosa, de gran valor.
Nunca compara el Señor su Reino con algo malo, desagradable, pobre, triste…, sino todo lo contrario, con algo valioso: Con unas bodas, con una pesca abundante como en el Evangelio de hoy, con un gran banquete…
Y el Reino de Dios se personifica en Cristo. Con Él llega a la tierra el Reino de los Cielos. Los que aceptan su palabra se incorporan al Reino, que se inicia en la vida de la Iglesia peregrina, y que tiene su punto culminante en la Venida Gloriosa del Señor.
De diversos modos habla el Señor del Reino de los Cielos. Estos domingos a través de unas parábolas, comparaciones sencillas, al alcance de todos. Hoy el Señor compara su Reino a un gran tesoro, y a una perla preciosa, de gran valor.
Nunca compara el Señor su Reino con algo malo, desagradable, pobre, triste…, sino todo lo contrario, con algo valioso: Con unas bodas, con una pesca abundante como en el Evangelio de hoy, con un gran banquete…